lunes, 16 de marzo de 2020

Emociones a tope


DÍA 9

Me levanto muy pronto, quiero ir despacio y relajada. Voy escuchando la radio. No me encuentro a nadie en la calle. Tengo la sensación de ser una de las protagonistas de una película. Llego al ayuntamiento y tengo que entrar por la puerta de la policía. No saben qué hacer conmigo ni yo sé qué tengo que hacer. Espero sentada en una silla hasta que llega la coordinadora de educación. Es una situación incómoda.  Veo a la policía reunida en una sala, unos van de un sitio a otro, llegan concejales. Nadie sabe qué hacer. 
Al fin accedemos dentro del ayuntamiento. No funcionan los teléfonos, ni intranet. Las pocas personas que estamos allí nos miramos con miedo. Todos llevamos guantes, algunos mascarilla. Poco a poco vamos aprendiendo cómo usar la centralita, quiénes somos los que estamos dentro del Ayuntamiento. Hay mucha colaboración entre los que estamos, concejales, técnico de educación, administrativos. Aprendemos juntos y juntas.
Empieza a sonar el teléfono. Al otro lado hay gente con problemas diversos. Quieren deshacerse de muebles porque están haciendo limpieza en casa, no saben qué hacer para pagar un recibo, los que les han embargado la cuenta, otros quieren certificado de empadronamiento, otros quieren licencia de obra porque están sin váter. Las preocupaciones de la ciudadanía son muy variadas.
Regreso a casa. Es un alivio.  Es difícil. Me ducho. Tengo la sensación de ir sucia.
Por la tarde llega el momento emocionante y es el de salir a aplaudir. Es algo que no debe faltar. El agradecimiento.
Están aflorando todas las emociones: miedo, rabia, ira, ternura, generosidad.


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